EL CAMINO DE ORACIÓN
de Santa Teresa de Jesús
Parte II
By Unknown
Orar de acuerdo a la enseñanza de Santa Teresa
Referencias:
V = Libro Vida
M = Libro Las Moradas
C= Libro Camino de Perfección
¿Qué es orar?
La Santa Madre Teresa de Jesús nos define: Orar es "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama" (V 8, 5).
Atención al amor que Dios nos tiene. "con quien sabemos nos ama".
Saberse amado. Es punto de partida para una respuesta de amor: "Amor saca amor" (V 22, 14).
Por eso, en todo hay que mirar el amor que Dios nos tiene: "lo que más os despierte a amar eso haced" (4 M 1, 7).
Encuentro en el amor, la oración. Y encuentro en la verdad: la verdad de Dios y la verdad nuestra. En la oración se nos desvela Dios, nos muestra su verdad: que nos ama, que nos da. Dios es amigo de dar. "No se cansa de dar", y "sin tasa". "Anda buscando tener a quién dar". Es el Dios que Teresa ha descubierto en la oración. El conocimiento de alguien -también de Dios- sólo se logra por el trato amistoso con él.
Y también el descubrimiento de nosotros mismos. Orar es "entrar" dentro de nosotros. "Conocernos": nuestra riqueza. Y nuestra miseria, nuestro estado moral. Somos un "palacio todo de un diamante o muy puro cristal”. "Nuestra gran capacidad", "dignidad", "hermosura". Son las primeras palabras que Teresa nos brinda al iniciar las Moradas. "Podemos tener conversación no menos que con Dios" (1 M 1, 6).
Toda la atención del orante la quiere Teresa centrada en la Persona divina. "Mirar" a la Persona. "No os pido más que le miréis" (C 26, 3); "Acallado el entendimiento, mire que le mira" (V 13, 22). No importa lo que se le dice, ni cómo se le dice. Interesa el "estar con él".
¿Como oraba Santa Teresa?
La manera de orar teresiana resulta muy sugestiva para el hombre actual. Porque somos seres sociables que necesitamos desarrollar en nosotros esta tendencia hacia los otros, y concretamente hacia el Ser de Dios, a cuya imagen y semejanza somos creados. Santa Teresa de Jesús nos enseña de una manera sencilla cómo entrar en diálogo con Dios:
“Procuraba lo más que podía traer a Jesucristo dentro de mí presente” (V. 9,4). Representar a Jesucristo dentro de sí era para ella la manera de contactar con Dios. Manera que cobraba todo su realismo en el momento de la comunión eucarística. “Entrábame con el”, nos cuenta en el libro de su vida. Orar es para ella prestar atención a la Persona, Dios, dentro del propio espacio interior. Por eso Santa. Teresa nos aconseja: “Se esté allí con El” (V.13, 22).
Para explicar este lenguaje de la oración, Santa Teresa recurre a una serie de comparaciones muy hermosas acerca de las relaciones de amistad entre los dos protagonistas: Dios y la persona. Son los cuatro grados de la oración. Santa Teresa compara al alma como un huerto donde Dios quita las malas hierbas y planta las buenas.
La persona es el hortelano que debe cuidar el huerto de su alma para que no se sequen las plantas de virtudes que Dios siembra en ella. Todo está en la solicitud del hortelano, en ese tener cuidado de no malograr la siembra que Dios hace en su huerto-alma. El punto de referencia para la persona es siempre Dios: contentarle. De esta manera la persona se librará de caer en un egocentrismo espiritual malsano, y del descontento en la relación de amistad con Dios.
Fuentes: Caminando con Jesús
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